Los turnos o guardias de doce horas pueden ser muy del gusto de los profesionales sanitarios pero se ha demostrado que pueden ser perjudiciales para los pacientes. Algunos trabajos e investigaciones internacionales así lo demuestran cuando analizan y relacionan la duración de estos turnos de presencia con la calidad y la seguridad de los pacientes, en particular su relación con la tasa de incidentes y errores.
Cada día se utilizan más los turnos de 12 o 13 horas (si se incluye el tiempo de comida) en muchos países de Europa o de América.
Desde la perspectiva de la seguridad de los pacientes ( e incluso de la calidad ), algunos expertos señalan este tipo de turnos como muy beneficiosos ya que disminuyen el volumen de traspasos o transferencias de pacientes cuyo potencial efecto perjudicial es notable como se ha contrastado en diversas investigaciones de las que hemos dado cuenta en esta web.
En todo caso y en esa línea, el beneficio en términos de seguridad del paciente nunca se ha evaluado, al menos que yo conozca. Sin embargo, existen una treintena de artículos publicados que señalan como negativos (en algún caso indiferentes) los efectos de estos turnos, salvo en lo que se atañe a la comodidad de los profesionales o de la propia organización sanitaria.
En el período 2005-2010 los problemas descritos en la literatura se centraban más en la fatiga acumulada en los profesionales por este número de horas seguidas de trabajo; se señalaban en esos artículos científicos que el riesgo derivado de turnos de 12 horas se podrían minimizar con una adecuada planificación de esos turnos en el mes y de los días de descansos consiguientes. Cuanto más se agruparan los días de descanso más aumentaría el riesgo, de la misma manera que lo hace cuando se agrupan esos turnos de 12 horas.
A partir el año 2010 esos artículos que hacen mención a los riesgos de largos turnos se centran más en el peligro que representan para la seguridad de los pacientes.
La clásica investigación de Wikoski del año 2013 fue realizada sobre una muestra de 22.375 profesionales de enfermería de 577 hospitales americanos con 4 diferentes tramos horarios de trabajo: 8-9 horas, 10-11 horas (ambos constituyen los turnos más frecuentes), 12-13 horas y más de 13 horas (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3786347/pdf/nihms-514813.pdf). Los turnos que sobrepasan las 8-9 horas se consideran de riesgo elevado para los pacientes. El riesgo es considerado máximo a partir de turnos continuados superiores a las 12-13 horas.
Otros estudios realizados en UCI (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17944610) o en Unidades de Reanimación llegan a las mismas conclusiones utilizando incluso un recuento de eventos adversos y errores (por ejemplo, el estudio de Stimpfel del año 2013 en reanimación pediátrica, con una muestra de 3.710 enfermeras en 342 reanimaciones pediátricas: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23343725) .
Mucho más reciente es el trabajo de Griffiths del año 2014 (Nurses’ Shift Length and Overtime Working in 12 European Countries. The Association With Perceived Quality of Care and Patient Safety: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25226543) que se ha desarrollado en 12 países europeos (incluido el nuestro) y encuentra parecidos resultados. En este trabajo la muestra de enfermeras fue de 31.627 que trabajaron en 488 hospitales de 12 países europeos. La mitad de los turnos horarios eran de 8 o menos horas y el 15 % de 12 o más horas. Los resultados no dejan lugar a dudas: el riesgo para los pacientes aumenta muy significativamente a medida que se incrementa la duración de los turnos.
Podemos invocar las siguientes causas relacionadas con el factor humano: la pérdida de sueño y los trastornos relacionados con la fatiga resultante que contribuye de manera significativa a las deficiencias física, cognitiva y emocional de los profesionales. El trabajo por turnos y los turnos de trabajo muy extensos afectan de manera directa a la salud y seguridad de las enfermeras incluyendo determinados problemas físicos y psicosociales (agotamiento, conciliación familiar). En el cuidado de la salud, la "calidad de vida laboral" está claramente asociada con la seguridad del paciente.
Este es un buen ejemplo de los conflictos de intereses entre el bienestar laboral de los profesionales (comodidad), la adaptación de los centros sanitarios a las solicitudes profesionales en ese sentido y la seguridad de los pacientes que se ve más amenazada cuanto mayor sea el horario de trabajo continuado de los profesionales.
Comentarios
Sinceramente, creo que depende de la intensidad del trabajo (ojo, no el número de pacientes) y la cantidad de información a manejar en cada caso.
Un placer como siempre leerte
Xosé Manuel: lo he leído después de escribir la entrada. Efectivamente son las cargas de trabajo la que comprometen la seguridad de los pacientes. A la inversa, venimos comentando últimamente en la red que un aumento de efectivos de enfermería disminuye la estancia media y la ocurrencia de eventos adversos. Un fuerte abrazo y muchas gracias a ambos
A veces la comodida del medico pasa tambien por liquidar su trabajo en un solo dia...
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